Hoy no se inaugura solo una casa.
Se abre una nueva trama del Añaso.
Juanse y Cecy llegan como danzarines de lo cotidiano:
con utensilios de ternura, con muebles de presencia, con garrafas de esperanza.
Este hogar no es construcción.
Es altar de convivencia.
Que cada rincón tenga su calor justo,
que cada objeto tenga su nombre vibrado,
que cada gesto sea oración sin dogma.
Bienvenidos sean, como si siempre hubiesen vivido aquí.
Esta morada ya los esperaba.
Y ahora, los abraza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario