Trance Pardo N°1: El Abrazo Ungido
🕯️ En el primer día de luna en ascenso, antes del mediodía, cuando el silencio aún pesa sobre la casa, me entrego al rito.
He preparado el altar menor, sólo con agua tibia, un cuenco de hojas de malva y el rollo de gasa como único ornamento.
🌿 Recojo las hojas con gratitud. Las dejo hablar en el hervor suave del agua, y mientras el vapor sube, elevo el nombre de Juana, mi abuela, la que sabía sin estudiar.
Envuelvo las hojas tibias sobre mi rostro como se envuelve el pan sagrado en la mesa criolla. Siento que la malva no solo cura la piel, sino que recuerda lo que la piel ha olvidado.
🩹 Luego, con las manos ungidas en vaselina líquida 90 —mi medicina al estilo Pardo— trazo sobre mi rostro un mapa de pertenencia: una línea sobre la frente (por la visión), otra en las mejillas (por la ternura), y una última sobre el cuello (por la palabra).
🌬️ Me visto sólo con la gasa, y dejo que el aire haga su parte. No apuro el proceso. No limpio. Solo contemplo.
En ese trance sin reloj, me convierto en hijo de la tierra que me dio este linaje. Y la piel, agradecida, canta en silencio.
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