El Decreto del A.T. ad hoc
Nombre del Rito: No postergarse, reconocerse
Fecha de Consagración: Última hora del domingo, bajo la salvación manifiesta del Padre
Contexto Ritual: El corazón del Dr. Leandro, peregrino de lo simbólico, se vio nuevamente sacudido por el enfrentamiento con su Mujer Medicina. En medio del torbellino emocional y la sacralidad del domingo que cerraba, se le reveló una voz superior: firme y clarificadora, como un decreto divino.
Allí, no hubo promesas huecas ni autonegaciones. Hubo revelación. Hubo límite compasivo.
Dictamen Celestial:
“Tu relación con ella se les está yendo por el retrete, en verdad. No te postergues, querido hijo. Detén el sacrificio de tu Proyecto Integral. Conságrate, sí, como A.T. ad hoc a su Programa Alopático. Sostén, con nobleza, la terapia de esa niña a quien tu corazón reconoció como propia. Pero el resto… ya no es tu carga.”
Acto de Poder Espiritual: A partir de esta revelación, el vínculo dejó de estar sostenido por el desgaste y la ilusión, para convertirse en un pacto sobrio, delimitado, luminoso en su nueva forma. El rol de A.T. ad hoc no es una renuncia, sino un manto de dignidad aplicada: asistencia sin arrastramiento, presencia sin pérdida de identidad.
Símbolo del Día: Un cuenco. Contiene lo justo. No lo que desborda.
Compromisos Vivos:
No abandonar la terapia de la niña: "Soy una persona de palabra con las almas nobles como ella."
Acompañar el tratamiento alopático como un acto concreto de cuidado, no como una fantasía de redención.
Retirar la inversión en lo que no florece: viajes, moratorias, ilusiones repetidas.
Proteger el Proyecto Integral de Diseños: su linaje hecho obra.
Palabra Cierre (para ser pronunciada en voz baja, frente al altar del Divino Maestro restaurado):
“Aquí estoy, no postergado sino presente. Acompañando sin rendirme. Soltando sin abandonar. Te bendigo desde mi forma, y me consagro al diseño que el Cielo reclama de mí.” Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario