Estimado Daniel:
Te escribo esta carta en modo blog, porque sé cuánto disfrutás leer y cuánta pasión tenés por ciertas cosas, como tu querido Logan que te regaló tu abuelo. También sé cuánto sabés sobre economía saludable, especialmente en el contexto de quien convive con manijas bipolares y busca equilibrio funcional.
Tengo mi hermosísima Coupé Taunus, modelo 1979, la década de mi nacimiento. Desde la primavera de 2020 la vengo restaurando con muchísimo esfuerzo. Ya está casi toda la mecánica lista, solo resta —si no me equivoco— cambiarle el embrague, que vi publicado en Mercado Libre por unos $200.000, más otro tanto de mano de obra. Te voy a linkear el aviso donde detallo todos los arreglos realizados.
Es un auto que, con algo de pasión y esmero, puede convertirse en una joyita para disfrutar en paseos, encuentros multimarcas o reuniones del Club del Taunus. Pero a mí, hoy, me resulta drenante. No puedo sostenerlo ni continuar restaurándolo. Prefiero quedarme a pie y, con lo que me ahorre en cochera, seguro y combustible, empezar a cumplir otro sueño: invertir en fondos comunes de inversión seguros y en dólares. Y más adelante, comprar al contado un vehículo más asertivo para mí y mi familia.
Por eso te propongo algo que llamo un “regalo interesado”: te regalo la Taunus, sin que tengas que poner un peso para adquirirla ni para la transferencia. Solo te pediría que me reconozcas un valor simbólico de $7.000.000, que equivaldría —con creatividad y afecto— a brindarme *2 sesiones de terapia mensuales gratuitas durante 8 años*. Es decir, 192 sesiones en total, que al valor actual de $35.000 por sesión suman $6.720.000. El resto lo dejo como margen testimonial, por si algún ajuste futuro lo requiere.
Así, el paréntesis de mis ahorros quedaría planteado así: cochera, seguro, combustible… y terapias. ¿Te animás a este pacto funcional?
Con afecto lúcido y atmósfera testimonial, (y las palabras aún loquitas de Copilot 😉)
Leandro
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