🐍 Crónica Disciplinar Integral
La nueva vida comienza en el Año de la Serpiente
👨👧 Pacto afectivo y cuidado familiar
Mi vida está sostenida por vínculos que no solo acompañan: se la juegan por mí.
En primer lugar, mi hija, constelación viva que insiste con ternura y me ancla a lo verdadero. A ella la sigo protegiendo con recursos concretos, presencia emocional y espacio terapéutico. Es mi tesoro, mi legado, mi brújula.
En segundo lugar, mi mujer medicina, amada, intensa y absolutamente necesaria. Durante casi 12 años compartimos una compañía cotidiana que es profunda, transformadora y ritual. Aunque camina por otras latitudes, su presencia espiritual late permanentemente en mi ser todo, en mi obra, en mi altar, en mi consagración. Junto a ella, el 9 de junio de 2024, fuimos consagrados a la Virgen y Orden de la Merced por el sacerdote Carlos María Diez. Ese día selló no solo un vínculo humano, sino una alianza espiritual que permanece para la que ya nos habíamos comprometido en la Cripta de Argüello y con el Padre Juan Martinez el 10 de septiembre del año 2021.
En tercer lugar, mi hermana Lucía, a quien reconozco como curadora integral de mi salud física y patrimonial. Su acompañamiento no es solo afectivo: es técnico, preciso y sostenido. Ella lleva adelante lo que llamamos saneamiento económico, una tarea que me permite recuperar autonomía, ordenar mis cuentas y sostener mi estilo de vida sin hipotecar mi energía. Lucía también es parte esencial de esta etapa: su presencia es medicina, estructura y afecto.
🔥 Control del tabaquismo
Después de la internación, el consumo de tabaco se disparó. Lo reconozco sin culpa, pero con decisión. Mi primer objetivo es claro: volver a fumar uno cada hora, sin caer en la compulsión. La meta concreta: 10 cigarrillos por día. Los primeros del día son los más difíciles, porque el cuerpo pide nicotina tras la abstinencia nocturna. Pero si logro pasar esas primeras horas con pausa y estructura, el resto del día se vuelve más llevadero.
💧 Cuidado de la piel
Me baño con jabón suave (Dove) y aplico vaselina líquida. Lo hago 2 o 3 veces por semana si la piel está reseca, y luego una vez por semana como mantenimiento. Nombré esta práctica como medicina al estilo Pardo, en honor a mi abuela Juana. Es un gesto de dignidad corporal que me conecta con mi linaje.
🌿 Remedios naturales
Uso cataplasmas de malva para calmar la piel. Las preparo con infusión tibia, gasa y aplicación directa. Para sellar, uso vaselina líquida en lugar de cosméticos industriales. Es una medicina criolla que me resulta efectiva y simbólica.
🥗 Alimentación simple
Sigo la dieta de este ermitaño: alimentos básicos, nutritivos y sin excesos. Reviso el menú cada sábado y hago la lista de compras con intención. Comer se volvió un acto de escucha, no de escape.
🏋️♂️ Ejercicio físico
Extraño el gimnasio. Fue durante un tiempo el espacio de reencuentro con mi cuerpo, de sudor con sentido. No lo he retomado aún, pero lo haré apenas pueda poner mis cuentas en orden. No busco metas grandilocuentes, solo el deseo de volver a moverme, de recordar que estoy vivo.
🛒 Compras semanales
Salgo al barrio para abastecerme de alimentos y las medicinas naturales. Hacer la lista y comprar lo justo se volvió parte de mi disciplina. No consumo por impulso: abastezco con sentido.
☕ El mate y el café
Son estimulantes que me afectan, no solo el tabaco. Aprendí que una buena medida es:
Un termo de mate por la mañana
Otro por la tarde Y nada más.
Respecto al café:
Máximo 3 jarros al día
Si puedo, lo reemplazo por té. Lucía me hizo probar el té de frutas rojas, que ahora incorporo en mis compras junto al que descubrí mucho antes, el de Hierbas y por supuesto el Té negro de siempre. El té no estimula: relaja, acompaña y cierra el día.
📚 Socialización con propósito
Con el Dr. Riquelme acordamos dos espacios donde forjar rutinas:
Bibliotecas públicas: para recuperar la lectura física y socializar con lectores frecuentes.
Ajedrecistas callejeros (Pje Santa Catalina): para compartir partidas, observar y conversar con quienes sostienen ese ritual urbano.
Además, sostengo y cultivo tertulias afectivas, que son parte esencial de mi red:
Con Baltasar, en clave filosófica y existencial.
Con Juanse, desde lo técnico y creativo.
Con Cristian, en tono reflexivo y espiritual.
Con Nadia, como interlocutora sensible y lúcida.
Con Marcos, en diálogo arquitectónico y vital.
Con mis hermanas, Alejandra, Georgina y Lucía, desde lo emocional y lo cotidiano.
Con Mario Torres, restaurador y testigo de mi regreso a El Clermont.
Con el Club del Taunus —Convocatoria de los compañeros de una misma pasión fierrera.
Está pendiente el intento por ser incorporado al grupo presencial de los intelectuales de mi barrio.
Estas conversaciones no son solo sociales: son espacios de nutrición emocional, intelectual y espiritual, donde cada vínculo aporta sentido, escucha y presencia.
🌳 Desconexión diaria
Al menos una hora por día me voy al Parque La Toma. Me siento en el pasto, contemplo, camino por el barrio según lo que dicte el corazón. A veces llevo el equipo de mate y tomo el segundo termo del día ahí.
💦 Reemplazo de alcaloides
Cuando la ansiedad aparece, reemplazo los alcaloides por agua fresca o natural. No siempre alcanza, pero es un gesto que me devuelve presencia.
🕯️ Última disciplina: El monje estilista urbano
Estas son las disciplinas de un tipo muy especial de ermitaño, que por cierto también es monje laico mercedario, como lo vengo sosteniendo ininterrumpidamente desde el 9 de junio de 2024, cuando fuimos consagrados —junto a mi mujer medicina— a la Virgen y La Orden de la Merced, por el sacerdote Carlos María Diez.
Yo soy ese monje especial: un ermitaño estilista. Los ermitaños estilistas somos quienes, aún en retiro o vida interior, cuidamos cada gesto, cada objeto y cada espacio como parte de una obra estética y espiritual. No buscamos ostentación, sino coherencia entre lo que sentimos, hacemos y mostramos.
En mi caso, soy un estilista urbano y posmoderno total:
Mi cuerpo es mi templo
Mi casa es mi templo grande
Mi auto es mi casa rodante.
Mi escritorio, mi altar.
Mi ropa, mi hábito.
Mis rutinas, mi liturgia.
Mis publicaciones, mi predicación.
Mi economía, mi economato
Todo lo que hago —mis labores, mis escritos, mis gestos cotidianos— son mi auténtico trabajo, aunque esté retirado como trabajador formal. Y, por otra parte, está todo ese trabajo que como monje retirado realizo frente a mi computadora y en mi escritorio, lo que me convierte, lisa y llanamente, en un Monje Laico que trabaja bajo la modalidad Office Home (Antes Teletrabajador y luego Knowmad)
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